Una vez que hayas definido tu reto con claridad, estás listo para el siguiente paso: replantear el reto en un contexto biológico. A esto lo llamamos “biologizar” el reto de diseño. Este paso es el que permite empezar a buscar en la naturaleza las estrategias para resolver problemas de diseño específicos. A continuación te guiaremos a través de este proceso como parte del paso “Biologizar” en la Espiral de Diseño Biomimético.

BIOLOGIZAR

Analiza las funciones esenciales y el contexto que tu diseño debe abordar. Replantéalas en términos biológicos, para que puedas “pedirle a la naturaleza” consejo.

La meta de este paso es llegar a una o varias preguntas del tipo “¿Cómo la naturaleza…?” que puedan guiarte mientras buscas modelos biológicos en el siguiente paso (Descubrir) de la Espiral de Diseño. Para formular buenas preguntas de investigación, necesitas tomar las necesidades o funciones identificadas en la pregunta de diseño y parafrasear la pregunta para que puedas encontrar con mayor facilidad respuestas en la biología.

Consejos y sugerencias

Plantea preguntas tipo “¿Cómo la naturaleza…?”.

Una buena manera de probar una pregunta de investigación biomimética es ver si de manera lógica puede completar la frase “¿Cómo la naturaleza…?”. Si simplemente usaras tu pregunta original de diseño para completar esa oración, el resultado probablemente sería absurdo. Por ejemplo, la pregunta “¿Cómo la naturaleza hace que los ciclistas urbanos sean más visibles para los conductores en la noche?” suena bastante tonta. Y no te ayudaría a empezar a buscar modelos biológicos. Pero una vez que la biologizas de esta manera: “¿Cómo la naturaleza mejora la visibilidad en condiciones de luz tenue?” empezarás a ver con más claridad un camino de investigación. Esta pregunta simplificada expresa la esencia de lo que se trata el reto de diseño.

Piensa en funciones y contextos de vida análogos en la naturaleza.

Describe en términos biológicamente relevantes la(s) función(es) y contexto con los que debe lidiar tu diseño. Probablemente tu pregunta de diseño ya contiene esta información (ya sea explícita o implícitamente). Quizá simplemente tengas que ajustar la manera en la que planteas la(s) función(es) y contexto(s) para que “preguntar” a la naturaleza tenga sentido. La Taxonomía de Biomímesis es una excelente referencia para las funciones que pueden encontrarse en la naturaleza. Si requieres repasar el concepto de función, visita la sección Conceptos medulares.

Considera múltiples posibilidades.

Conforme examinas tu pregunta de diseño, quizá descubras que hay varias funciones en operación o que hay múltiples maneras de definir biológicamente la función y el contexto de tu reto. ¡No hay problema! Tener varias maneras de plantear tu función te da más opciones y términos de búsqueda con los que puedes trabajar en la fase de investigación.

Invierte la pregunta.

Para ampliar el rango de soluciones potenciales, invierte tus preguntas y considera las funciones opuestas o tangenciales. Por ejemplo, si tu pregunta biologizada es “¿Cómo la naturaleza retiene líquidos?”, podrías también preguntar “¿Cómo la naturaleza repele líquidos?” porque en ambas situaciones podrían operar mecanismos similares (es decir, controlar el movimiento de un líquido). O si te interesa el vuelo silencioso y sabes que el ruido es consecuencia de la turbulencia, podrías también preguntar cómo la naturaleza reduce la turbulencia en el agua, porque el aire y el agua tienen dinámicas de fluidos similares.

¡No te apresures!

Definir y biologizar tu pregunta de diseño es una de las partes más difíciles del proceso de la biomímesis. No apures este proceso. Vale la pena tomar el tiempo que se requiere para que tus preguntas sean las correctas. Esto te dará más posibilidades de éxito al buscar modelos biológicos y básicamente te ahorrará tiempo en todo tu proceso de diseño. Además, si descubres nuevos conocimientos una vez que empieces tu investigación, prepárate para volver a revisar estos pasos con el fin de refinar más tu reto y tu pregunta.

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